Hoy queremos hablaros de la importancia que tiene que vuestro hijo vaya o no a un centro infantil.
La sociedad actual en la que vivimos ha hecho resurgir la importancia de la educación infantil, ha hecho cambiar sus objetivos, la manera de ver a los más pequeños, pasando de desarrollar los aspectos biológicos, sociales y afectivos de los niños, a verlos como personas activas y protagonistas de su propio desarrollo, personas a las que se les escucha y se les favorece su potencial para que sean ellos los propios descubridores del mundo.
En la etapa de educación infantil se asientan los cimientos de todo el sistema educativo. Los más pequeños construyen sus primeras identidades a partir de las actividades educativas que se van programando en la escuela.No podemos olvidar las relaciones entre la familia y la escuela. Ambas instituciones han de ir cogidas de la mano, por el mismo camino, participando activamente en la educación escolar de los niños y niñas y haciéndoles sentirse responsables de las actividades que se programan a nivel de centro. Durante los primeros años de vida del niño se configura la personalidad de la futura persona adulta a través de las experiencias que va viviendo dentro de su proceso madurativo; en las adquisiciones motóricas, intelectuales y emocionales.
Es necesario apreciar la importancia de las escuelas infantiles porque no son guarderías, no solo guardan o cuidan niños, sino que son escuelas que trabajan con nuestros pequeños.
Las educadoras programan actividades diseñadas para conseguir un desarrollo integral de los niños, planifican unos contenidos, objetivos, ejes transversales, integran el desarrollo de las inteligencias múltiples, y lo más importante escuchan con los oídos, con la mirada y con el corazón las necesidades que los niños tienen.
Educan a nuestros hijos, les enseñan unos hábitos, unas rutinas y unas normas de convivencia que les van a ayudar a afrontar la vida de manera más independiente, aprenden a comer de forma autónoma, a ponerse el abrigo, a permanecer sentados esperando su turno, a compartir con otros niños/as, aprenden a hacer fila, a recoger juguetes, a ordenar, a identificar sus propias características con las de los demás, aprenden a pensar por ellos mismos, a darse cuenta de sus errores, a crecer como personas…
Así pues, la educación infantil es una respuesta intencionalmente educativa a las necesidades de cuidado de la primera infancia en el mundo moderno. Pero, justamente por ello, no puede quedar limitada a aquellos niños y niñas cuyos padres trabajan y no pueden atenderlos. No, todo lo contrario, debe entenderse como un derecho que tiene todo niño o niña a poder participar en situaciones educativas distintas a las que se producen en el núcleo familiar y que, por supuesto, sirven para promover su desarrollo.
En definitiva, apostemos, valoremos, apoyemos, cuidemos y mimemos a los más pequeños, a la etapa de educación infantil, a sus profesionales y a todos los que luchamos día a día por su reconocimiento.
Las escuelas infantiles son importantes, debemos confiar plenamente en ellas y trabajar de común acuerdo por el bien de nuestros pequeños.
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